Cuidado de los pies
Los pies sostienen la totalidad del peso corporal y permiten la movilidad locomotora. Sin embargo, y pese a esa relevancia física, quedan a menudo olvidados y relegados a un segundo plano en lo que a cuidados se refiere.
Un calzado inadecuado, el mal secado al salir de la ducha y la falta de hidratación provocan que nuestros pies presenten todo tipo de problemas que, si disfrutaran de atenciones más intensas, no poseerían.
Callos, durezas u hongos son, en este sentido, las alteraciones más comunes que sufren las personas en los pies como consecuencia de malas acciones que podrían evitarse.
Hidratar la piel de los miembros inferiores es imprescindible tras cada lavado, incidiendo en la planta y los talones, donde a menudo aparecen grietas y surcos debido a esa falta de hidratación dérmica y a que son las zonas más expuestas a cuartearse y perder la tersura. Al respecto, y si la dermis está excesivamente seca, lo ideal es aplicar un bálsamo corporal graso o unas gotitas de aceite antes de dormir para que el líquido penetre bien durante el sueño y la piel se regenere.
Esa ausencia de hidratación es una de las principales causas de la aparición de callos, que comienzan siendo casi imperceptibles pero que, si no se tratan y se cuidan, suponen un problema que puede agravarse hasta el punto de que supongan un problema al andar y calzarse.
La correcta transpiración es mucho más que una cualidad que debería tener el calzado. De hecho, se convierte en algo necesario para evitar problemas con los hongos y no llegar a lo que se conoce como pie de atleta. En este sentido, debemos saber que de media y a través de la sudoración de nuestros pies perdemos cerca de un litro de agua al día, y que, si el calzado no está diseñado convenientemente para permitir la oxigenación y la transpiración, nuestros pies pueden convertirse en el caldo de cultivo ideal para la aparición de los hongos.
Sin embargo, y más allá de los cuidados básicos, visitar al menos una vez al año al podólogo es necesario para mantener nuestros pies sanos y bien cuidados, una necesidad más imperante para los diabéticos, que siempre deberían visitar al especialista, ya que sus pies tienen una estructura diferente y que necesita mayores cuidados.