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Fitocosmética

También en el campo de la cosmética la naturaleza acude a nuestro rescate. Muchos son los cosméticos, cremas y tratamientos a base de plantas y hierbas presentes en el mercado. Descubre con Doctissimo el universo de la fitocosmética.

La sinergia de los principios activos naturales en la fitocosmética:

Para crear un cosmético es necesario conocer qué principios activos están presentes en las plantas con las que se pretende elaborarlo. En fitocosmética, se denomina fitocomplejo al conjunto de principios activos contenidos en una planta, que demuestran su eficacia en su totalidad y no de manera individual. No pienses que el término fitocosmética hace referencia solamente a las barras de labios, las sombras de ojos y el maquillaje en general: también las cremas, jabones y aceites forman parte de esta categoría de productos creados con plantas e hierbas de propiedades naturales óptimas para el organismo.

 

De hecho, los productos para el cuidado del cuerpo tienen, entre otras, la propiedad de reequilibrar la hidratación de la piel y de darle una protección natural contra el ataque de los agentes externos nocivos para la salud.

¿Cuáles son las plantas más utilizadas en fitocosmética?

Para preparar cosméticos y productos para el cuidado del cuerpo se utilizan algunas plantas con propiedades especiales: el aloe vera, de las más utilizadas gracias a su capacidad hidratante, se utiliza en cremas y jabones así como el aceite de oliva, conocido y utilizado como hidratante desde hace miles de años. Aloe vera, olivo y almendro son plantas típicas de la flora mediterránea mientras que la manteca de karité (con idénticas propiedades hidratantes) se extrae de una planta típica de África central y es también un óptimo antiarrugas. Lavanda, camomila y caléndula se añaden a las bases de las cremas cosméticas en calidad de lenitivos para aliviar las rojeces, las irritaciones y los escozores producidos por diversos factores.

 

Las pomadas a base de  hiedra son analgésicas, a base de flor de papel son buenas para las hemorroides y para las irritaciones, la psoriasis o las alergias. Las cremas con extracto de arctium se aplican para el acné, los forúnculos y las heridas ya que aceleran la cicatrización. Las que contienen lentisco son buenas para las arrugas y la piel seca y maltratada por los factores externos. El aceite del árbol del té es una sustancia muy común con propiedades antibacterianas que se utiliza en jabones, desodorantes, cremas para las quemaduras, picaduras de insecto, dermatitis, estomatitis y caspa, por citar solo algunos de sus usos.

 

En los shampoo, se suele utilizar ortiga, con propiedades lenitivas, reequilibrantes y anticaspa, el aciano y las nueces; el hipérico se utiliza en la composición de cremas lenitivas y emolientes, la rosa mosqueta apara ungüentos que estimulan la renovación celular. El aceite de abedul es un óptimo drenante y anticelulítico; para conseguir una piel más elástica lo mejor es el destilado de hojas de  amapola; para combatir los puntos negros se aconseja hacer vapores de malva; y, por último, para descongestionar la hinchazón de los ojos, el pepino es milagroso.

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